• Héctor Tizón
    El arte de prescindir

    Gabriela Stöckli

  • abril 2007
    204 páginas
    ISBN 978-987-9409-70-1

La colocación excéntrica de Héctor Tizón en la literatura argentina es tan evidente como su simultánea centralidad. Es difícil pensarlo completamente adentro o completamente afuera de la escena literaria argentina, porque su templada potencia consiste precisamente en estar adentro y afuera a la vez. Por una parte persiste en Jujuy, en una situación que él mismo define como periférica, y desde allí cultiva un estilo por demás sobrio, nutrido de discreción. Por otra parte, sus novelas no dejan de lograr una merecida notoriedad, ni él mismo de alcanzar un reconocimiento que ya es definitivo.

Gabriela Stöckli ha escrito El arte de prescindir captando con sutileza esa doble condición: la de saber situarse no afuera o adentro, sino afuera y adentro al mismo tiempo. La prescindencia en la que pone el foco, esa renuncia un poco à la Bartleby que practica Héctor Tizón, es también un modo decidido de afirmarse como escritor, de afirmar el lugar de una obra y de conformar todo un estilo narrativo. Y sucede que Stöckli misma hace su lectura justamente así: adentro y afuera. Este libro tuvo alguna vez otro formato, y con ese formato existió como tesis doctoral en la Universidad de Zurich. Su desarrollo adquiere ahora, con los textos de Tizón, esa gustosa intimidad que es propia de las grandes lecturas. Stöckli sabe ser oblicua y a la vez hacer centro en una obra tan diversa como coherente. El arte de prescindir dice mucho sobre Héctor Tizón, pero también sobre las lecturas de la literatura argentina, y también sobre la literatura argentina pensada como parte de la literatura latinoamericana.

Martín Kohan


Gabriela Stöckli

Nació en Suiza. Estudió literatura española, literaturas comparadas y filosofía en Zurich, Madrid y Berlín. Fue docente en la Universidad de Zurich y co-editora de varios libros sobre cultura latinoamericana. Actualmente vive en Zurich y dirige el centro internacional de traductores Übersetzerhaus Looren.