• Hay cosas que pueden olvidarse

    Carlos Hugo Sánchez

  • Isbn: 978-987-4170-63-7
    13 x 20 cm.
    176 págs.
    junio 2022

“En una mesa cercana, un paisano pellizcaba con sus largas uñas las cuerdas de una guitarra. Se llamaba Concepción Regalini, decían que era uruguayo y que se había hecho famoso por su talento para las payadas. En el 78 ya no había contrincantes para ese arte difícil de la improvisación y se las rebuscaba con canciones fáciles pero sentidas. Parecía que lo único que podía conmover a esa clientela silenciosa era el mundial de fútbol y la refutación de pronósticos, pero el ex payador lo sabía. Sabía que le prestaban muchísima más atención a los relatos cargados de patriotismo del gordo Muñoz, que a sus historias del Paraná Bravo, donde llovían cadáveres del cielo.”

“Hizo un pequeño círculo y el hombre caído quedó en el medio. Le gritó y le tiró el salvavidas circular que jamás había usado, pero pronto se dio cuenta de que ese hombre –parecía joven– no estaba en condiciones de tomarlo en sus manos y que se mantenía a flote sólo con el esfuerzo de sus piernas. Por momentos se hundía y Helmut dudaba de volver a verlo. Cuando volvió a aparecer el cuerpo, ahora de costado como un pez moribundo, le dio un toque corto al motor con la palanca y logró ponerse a la distancia del bichero, que sostenía con la derecha. El gancho de aluminio encontró un anclaje perfecto entre las muñecas del muchacho, que parecían atadas con alambre. Puso el motor en neutro y se aseguró de que había logrado engancharlo con firmeza. Tiró de los pelos (no había ropa a la vista) y pudo deslizarlo a la popa, donde la borda era más baja. Casi sin fuerzas ya, logró estirarlo en el cockpit, donde tuvo que recordar en segundos las maniobras de resucitación que le habían enseñado en el Graf Spee y que él había escuchado sin demasiado interés. Por fin, los golpes en el pecho hicieron toser al muchacho, que lo miró desde otro mundo. Escupió agua y puso la cabeza de costado. Helmut cortó el alambre que laceraba las muñecas con un alicate que buscó en la valija de pesca, después fue a la cabina y volvió con una frazada. Sara tenía razón; nunca se sabía.”


Carlos Hugo Sánchez

Nació en la provincia de Buenos Aires  en 1954.
De familia pampeana, vivió  en varias ciudades hasta su actual radicación, desde la década del 90, en la Ciudad de Buenos Aires. Recibió varios premios, entre los que se destacan: Salón del libro Iberoamericano (Gijón), Concurso Internacional Juan Rulfo (1999, RFI, París); Mención Honorífica del Premio Casa de las Américas (Cuba, 2001); 2º Premio del Concurso de Cuentos Victoria Ocampo (2004). En 2002, su novela Un Hombre  llamado Piedra Azul fue acreedora del accésit del XXVII Premio de Novela Corta Gabriel Sijé (España). Publicó la novela Un Hombre llamado Piedra Azul  (Vinciguerra, 2018) y el libro de cuentos El Tren Detenido (Paradiso, 2021). Tres novelas de su autoría permanecen inéditas.