
Los micropoderes de lo vivo y lo semi vivo se reactivan en la continuidad de los balcones ante la voz en off de la Calva:
Lo imagino de niño, regordete, taciturno, proyecto de poeta prodigioso, ciertamente, Rayo Koya puede haber vivido una infancia en la tierra, aunque rápidamente fue bendecido por el clima intergaláctico que evidentemente no era triste ni sombrío sino más bien amante de los destellos, por allí vagaba su alta vocación hasta que una simple novela logró convocarlo, puede caerse de culo pero no mostrará su espalda, sentado también es invisible, así está escrito, respecto de la aparente desorientación del Ordenador Gigante, Maestro del Caos devenido licencioso sin fórmula fija para la libre asignación de existencia, puedo decir que continuará ignorando cualquier autoridad como no sea la tendencia a la infinita adición, no escuchará a nadie, menos a aquellos que lo acusan de ser un despropósito sin forma.
Carlos Martín Eguía
(Castelli, 1964)
Paradiso ha publicado La Plancha de altibajos, Principio activo, No te preocupes si está oscuro, Subterráneo, Locus Lusi, Escuela y Poema manual.