
Una cadena de voces de mujeres contadas por mujeres, escritas por una mujer [...] en ese tránsito misterioso del presente al pasado, de la leyenda urbana a la literatura fantástica, de París a Buenos Aires, de la ficción a la historia, de la narrativa a lo poético, del mundo exterior al íntimo [...] Lofiego teje una sutil red de palabras donde el lector puede tenderse a disfrutar de su escritura, sumarse al abrazo donde los tiempos se fusionan.
En los cuentos de Las recluidas las paredes guardan secretos de familia, misterios, fantasmas. “Aunque los espeluznantes ruiditos fueran una página del pasado, nuestra casa fue señalada en el barrio como una de las preferidas para las leyendas de apariciones, espectros y fantasmas.” En esas antiguas casas de Buenos Aires, se escuchan voces, susurros, gritos, risas, ruidos de cadenas golpeando en el suelo, gemidos, respiraciones de quienes las habitaron, como en los cuentos de Lofiego se escuchan otros autores, Beatriz Guido, Silvina Ocampo, Julio Cortázar y tantos otros.
Elsa Osorio
Alimentada por la voz de su abuela que le contaba los amores, batallas y desdichas del pasado, Vivian Lofiego se nutre del relato de los mayores. Lengua y estilo, el modo en que los fantasmas y leyendas familiares persisten en los magníficos relatos de Las recluidas.
Daniel Guebel
Vivian Lofiego
Nació en Argentina, en 1990 se radicó en París. Vive entre Francia y Buenos Aires.
Es escritora, traductora, periodista cultural. Fue finalista del Premio Julio Cortázar de la Universidad de Murcia, España (2004), coordinadora en París del Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo (RFI) y creadora de la escuela de escritura creativa La fábrica literaria. Coordina talleres de literatura francesa y talleres de traducción (Coordinadora en Arles de la Fabrique des traducteurs). Publicó: Le sang des papillons (J.C Lattès, 2014), con traducción de Claude Bleton; La lengua de Medusa (La Fábrica Literaria, 2021); Vida secreta (Huesos de Jibia, 2016); Réquiem para lepidópteros (Huesos de Jibia, 2009); Isadora Duncan, une Américaine aux pieds nus (A dos d’âne, 2009); Chercheur d’azur, Hubert Reeves (A dos d’âne, 2012); Pierre d’infini (Atelier des Brisants, 2005); Naturaleza Inmóvil (Alción, 2004); La casa de Kaspar Hauser (L’attentive, 2002), con traducción de Bernard Noël; Flor letal (Galería Maegth, 2000); L’arbre d’Ariel (Indigo, 1999), con traducción de Claude Couffon. Es traductora de grandes voces de la poesía y la narrativa francesa contemporáneas. Su obra de teatro Iphigénie deus ex-machina (Le temps de Cerises, 2009) fue puesta en escena en el Instituto Helénico de París.